Sobre los 4.000 metros de altura, en la Cordillera de los Andes, acomoda sus alas el ave sagrada de la mitología andina: el Cóndor. Surca los cielos desde Venezuela hasta Chile, en representación del espíritu de las montañas, el Gran Señor de
las Alturas, el MALLKU. La deidad simboliza las cumbres más altas de los Andes, materializando el mismísimo concepto de majestuosidad. Sujeto de honra para venezolanos y ecuatorianos, quienes unieron sus voces para encarnar el arte de la
música, el nombre del MALLKU fue tomado como insignia de esta unidad. Reconociéndose originarios de países andinos, no encontraron mejor manera para identificarse. MALLKU lo era todo, era el símbolo de la conexión entre países, era la grandeza de lo divino, era las ondas que producen los perfiles de las montañas, era tan importante como la música que habitaba en sus corazones y que los había llevado a coincidir en el mismo tiempo y lugar para compartir su esencia.